"Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos" (Judas 3) - "Santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros" (1 Pedro 3:15)

10 abril, 2011

LA SEPARACIÓN BÍBLICA

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Por: Pr. Nadir Carreño

“Si alguno viene a nosotros y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido!, porque el que le dice bienvenido comunica con sus malas obras.” 2 Juan 10,11.

Igual que Judas en su epístola, Juan advierte a los creyentes a los cuales les escribe que muchos engañadores han aparecido, introduciéndose hasta en las iglesias.

Estos no profesan la doctrina de Cristo, que sumariamente, es la siguiente:

Él es Dios mismo;

Él es hombre verdadero, por su nacimiento virginal, pero sin pecado;

Vivió una vida santa y obró muchos milagros;

Murió por nuestros pecados;

Resucitó con el mismo cuerpo con que fue crucificado y sepultado;

Apareció a los suyos durante cuarenta días;

Ascendió a los cielos, a la diestra de Dios;

y Volverá para llevarnos con él.

Si alguien pretende ser un cristiano y no tiene en todo o en parte esta doctrina, no debemos tener relación alguna con él y este es el primer principio de la separación bíblica.

1. Las Escrituras nos prohíben tener compañerismo alguno con los incrédulos en asuntos del Señor y especialmente con los apóstatas.

Los apóstatas (individuos, iglesias u organizaciones) son quienes en algún tiempo profesaron creer la Palabra de Dios, pero después le han dado vuelta la espalda a lo que decían creer. La mayor parte de la cristiandad actual es apóstata y esta apostasía se manifiesta especialmente en el abandono de la fe en la inspiración plenaria y verbal de las Escrituras y en la negación de la divinidad de nuestro Señor Jesucristo.

2. Pero, además, claramente el Señor manda que denunciemos la apostasía.

A los apóstatas les enfurecen nuestras denuncias de su incredulidad y dicen que somos “negativos” y “destructivos”, pero el Señor nos dice:

“Y no comuniquéis con las obras infructuosas de las tinieblas, antes redargüidlas.” Efesios 5:11.

“Redargüir” significa: “exponer”, “denunciar”, “mostrar al culpable”.

De modo que además de separarnos de los apóstatas debemos denunciar su incredulidad y advertir a los ingenuos ignorantes sobre ella.

Los apóstatas se presentan como campeones del amor, la tolerancia, la paz, como preservadores del medio ambiente y eliminadores de prejuicios. De ese modo disfrazan o hacen apartar la atención de su incredulidad y humanismo antibíblico. Es nuestra tarea desenmascararlos.

Hace años en Chile la crecida de un río se llevó parte de un camino y varios vehículos cayeron al abismo en medio de una lluvia torrencial. Los que al fin lograron frenar no se quedaron ahí felices de haber escapado de una muerte segura, sino que de inmediato hicieron todo lo posible para advertir a los que venían más atrás del peligro. Esta es una reacción normal. Igualmente tiene que ser en lo espiritual. Denunciar la apostasía no es ser negativos, sino obediente al mandato del Señor.

Esta denuncia debe ser hecha con seriedad y respeto, pero con extrema firmeza.

“Las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas.” 2 Corintios 10:4.

3. El Señor requiere en su palabra que limpiemos la iglesia de apostasía, si eso es posible.

No nos dice que los fieles debemos abandonar la iglesia y dejar en ella a los apóstatas. Hay que ejercer disciplina para mantener la iglesia pura en doctrina y práctica. La razón por qué tantas iglesias son ahora apóstatas es porque no se ha eliminado de ella a los que se apartan de una recta obediencia en todo al Señor. El mal crece y termina por dominar la iglesia y entonces los fieles, en minoría, tienen que separarse de la iglesia.

Si no se expulsa a los malos de la iglesia, finalmente los malos expulsarán a los fieles.

Mientras sea posible estamos obligados a mantener la iglesia pura, por encima de sentimientos y un mal entendido amor y comprensión. Cuando los apóstatas consiguen el poder no muestran ningún amor, ni comprensión hacia los fieles, a menos que estos callen y sufran en silencio la erosión de las verdades bíblicas y las prácticas cristianas.

4. No podemos comprometernos en empresas espirituales conjuntas con los incrédulos.

El pasaje más explícito de la Biblia sobre la separación que Dios requiere a sus hijos es:

“No os juntéis en yugo con los infieles, porque ¿qué compañía tiene la justicia con la injusticia? ¿y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿o qué parte el fiel con el infiel? ¿y qué concierto el templo de Dios con los ídolos? porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré en ellos y seré el Dios de ellos y ellos serán mi pueblo. Por lo cual: Salid de en medio de ellos y apartaos, dice el Señor y no toquéis lo inmundo y yo os recibiré y seré a vosotros Padre y vosotros me seréis a mí hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso.” 2 Corintios 6:14–18.

Como estamos en el mundo no podemos evitar realizar tareas en conjunto con incrédulos, pero lo que el Señor tan enfáticamente nos prohíbe es entrar en compromisos que nos aten con incrédulos en empresas espirituales. El pasaje se refiere a la justicia, la luz, la fe y el templo de Dios, todo lo cual es espiritual. Además Pablo aclara esto perfectamente en 1 Corintios 5:9–11:

“Os he escrito por carta, que no os envolváis con los fornicarios. No absolutamente con los fornicarios de este mundo o con los avaros o con los ladrones o con los idólatras, pues en tal caso os sería menester salir del mundo. Mas ahora os he escrito, que no os envolváis, es a saber, que si alguno, llamándose hermano, fuere fornicario o avaro o idólatra o maldiciente o borracho o ladrón, con el tal ni aun comáis”.

Hay algunos hermanos de fe sana que permanecen en iglesias apóstatas, porque son el único o casi único testimonio fiel en aquellas iglesias. El razonamiento humano les dice que deben permanecer allí, para que no desaparezca ese testimonio. Pero Dios dice otra cosa: “Salid de en medio de ello y apartaos”. Si alguien es verdaderamente fiel, debe obedecer a su Señor. Frecuentemente ese razonamiento humano es sólo una excusa para permanecer donde se desea continuar, casi siempre por razones sentimentales. La separación requerida por Dios tiene por objeto evitar el contagio de la apostasía. Es normal que una manzana podrida eche a perder a todas las que están en contacto con ella, pero nunca se verá que una manzana sana elimine la podredumbre de las que lo están.

Algunos, especialmente ministros, no se separan para no perder las ventajas económicas que tienen, pero el Señor ha prometido que cuidará fielmente de los siervos obedientes y tanto la Escritura como la experiencia confirman esto.

5. Debemos separarnos también de los hermanos desobedientes.

Esto es muy chocante para los que creen que obedecen toda la Biblia, pero cuyas Biblias parecen no contener Judas 3:

“… me ha sido necesario escribiros amonestándoos que contendáis eficazmente por la fe una vez dada a los santos”.

Y una gran cantidad de otros pasajes que directamente o por ejemplo, figura y por circunstancias históricas requieren lo mismo de los fieles.

Esto marca la diferencia entre un fundamentalista y un neoevangélico.

El fundamentalista cree toda la Biblia y se esfuerza con la gracia de Dios en obedecerla. Esto le lleva a ser:

a) Un ferviente evangelista; y

b) A edificar su propia fe y la de los demás creyentes; y

c) A defender teórica y prácticamente nuestra preciosa fe.

Es, por lo tanto, un cristiano militante. En realidad es simplemente lo que la Biblia llama un cristiano normal, a quien las circunstancias históricas han obligado a llamarse sucesivamente protestantes, evangélico y, finalmente, fundamentalistas.

El neoevangélico cree, a lo menos formalmente, y práctica los puntos a) y b), pero rechaza, por lo general apasionadamente, la fe militante y acusa a los fundamentalistas que denuncian la apostasía de perturbadores de la paz y, por separarse de ellos de faltos de amor”.

Por lo anterior el fundamentalista cree y practica, conforme con las Escrituras: “No os juntéis en yugo con los infieles”; “Salid de en medio de ellos”; “Apartaos”; “No toquéis lo inmundo”; “No comuniquéis con las obras infructuosas de las tinieblas, antes bien redargüidlas”.

El neoevangélico, en cambio, de acuerdo a su propio criterio y sin fundamento bíblico dice: “Permanece en”; “asóciate”; “infíltrate”; “dialoga”. La realidad prueba abrumadoramente que no son ellos los que infiltran las denominaciones liberales, sino que son ellos los que son contaminadas y arrastrados por la apostasía.

La Biblia abunda en exhortaciones a separarse de los hermanos desobedientes, como, por ejemplo:

“Si alguno enseña otra cosa (se trata de un maestro “cristiano”) y no asiente a sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo y a la doctrina que es conforme a la piedad, es hinchado, nada sabe y enloquece acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, maledicencias, malas sospechas, porfías de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que tienen la piedad por granjerías: APÁRTATE DE LOS TALES.” 1 Timoteo 6:3–5.

“Empero os denunciamos, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que OS APARTÉIS de TODO HERMANO que anduviere fuera de orden y no conforme a la doctrina que recibieron de nosotros.” 2 Tesalonicenses 3:6.

“Y os ruego, hermanos, que miréis los que causan disensiones y escándalos contra la doctrina que vosotros habéis aprendido (obviamente personas de dentro de la iglesia) y APARTAOS de ellos.” Romanos 16:17.

Hay muchos hermanos desobedientes. Es el caso de los neoevangélicos su desobediencia consisten en negarse a separarse de la apostasía y en aceptar prácticas que degradan el culto debido a Dios. Si un fundamentalista cree que por ser hermanos no debe separarse de ellos, pronto será él también un neoevangélico y especialmente, él también estará desobedeciendo la orden de Dios y, por esa razón, estará indefenso contra el error de ellos.

Los pasajes citados y muchos otros similares no se aplican a situaciones particulares o casos individuales. Son para toda la iglesia y en todo tiempo. Nunca habrá amor verdadero con desobediencia al Señor y el ingenio de algunos para torcer la enseñanza de la Biblia no cambia el hecho.

Nos dicen también los que rechazan separarse de los hermanos desobedientes que estaremos juntos con ellos en el cielo. Deseamos que esto sea verdad. Pero en el cielo habrá quienes lleguen allá a duras penas, como quien escapa de un incendio sólo con lo puesto y estarán también los que sobreedificaron sobre el fundamento de Cristo oro, plata, piedras preciosas, como nos enseña 1 Corintios 3:11–15. Estos materiales preciosos no son abundancia de almas traídas a la iglesia, supuestamente salvas, sino la fidelidad con que habremos trabajado para el Señor, según Mateo 25:21 y 23 y Lucas 19:17 y 19.

Los que confían en las “grandes” obras que han hecho deben recordar siempre Mateo 7:21–23.

6. Algo que nunca debemos olvidar es que la obra del Señor hecha con fidelidad produce buen fruto, mientras que la obra hecha de acuerdo a los principios meramente humanos puede producir tanto buenos como malos resultados.

¿Quién no sabe de las campañas masivas de evangelización de Billy Graham, Luís Palau y otros y de los miles de almas presumiblemente salvadas en ellas?

Ante esto debemos tener presentes que Dios no nos juzga por los resultados obtenidos. El Cristianismo no es pragmático. El Humanismo lo es. El Cristianismo Bíblico coloca bajo la autoridad de Dios. El nunca nos ha mandado cooperar con la apostasía y luego evaluar los resultados. Al contrario, lo que nos manda es: “Salid de en medio de ellos y apartaos”.

Hay que tener presente que cuando se evalúan los resultados, hay que evaluarlos todos.

Por ejemplo: una campaña ecuménica de evangelización puede ser usada por Dios, en su soberanía, para que se salven algunas almas. Eso es bueno. Pero también puede, por su carácter cooperativo, borrar la línea de separación entre los fieles y los infieles. Esto es malo.

También los salvados son enviados a cualquier iglesia que ha cooperado con la campaña y muchas de esas iglesias son incrédulas, idólatras o antibíblicas. Allí las almas no serán alimentadas con la Palabra de Dios. Eso es malo, es como abandonar a un recién nacido a las puertas de un convento.

Además las campañas masivas de evangelización debilitan la obra de las iglesias locales y llevan a muchos a despreciar esa obra “pequeña”. Pero la experiencia prueba que la única evangelización sólida y verdaderamente eficaz se hace mediante el trabajo humilde, fiel y dedicado de los creyentes de una iglesia local. El resultado mencionado al comienzo de este párrafo también es malo.

Los resultados no son el criterio por el cual debe evaluarse un trabajo.

El diablo siempre está evitando a los fundamentalistas a cooperar, a unirse, a asociarse, a infiltrar las iglesias apóstatas permaneciendo en ellas, a dialogar. Un gran número cede ante esta tentación y abandona su posición bíblica, que el fundamentalismo. ¡Cuánto bien podrían haber hecho, cuántas gloriosas victorias podrían haber obtenido por y para el Señor si hubieran obedecido el simple y claro mandato del Señor de separarse de los hermanos desobedientes!

¡Debemos separarnos de los hermanos desobedientes que permanecen tolerando la incredulidad!

7. La separación bíblica incluye nuestro rechazo a afiliarnos a cualquier movimiento autodesignado como “cristianos”, aunque sostenga una buena causa, si ese movimiento u organización no es completamente fiel a la Palabra de Dios y no practica la separación.

El diablo está construyendo su iglesia única mundial, su iglesia ecuménica, por lo cual procura que toda iglesia se una al ecumenismo, junto con los modernistas, la Iglesia Católico-Romana, los neoevangélicos y los carismáticos y hasta con las religiones no cristianas mediante un esfuerzo por la paz mundial. Esta presión la sentimos todos. Ante esto tenemos que tener valor, por la gracia de Dios para decir: No, a muchas buenas causas que no son promovidas con fidelidad a Dios y su palabra.

El rey Josafat, de Judá, se unió con el malvado Acab para la buena causa de recuperar la estratégica ciudad de Remoth de Galaad. Para ello desechó Miqueas, el fiel profeta de Dios. El resultado fue que por poco pierde su vida y que al volver a Jerusalem fuera enfrentado por Jehú, fiel profetas del Señor:

“¿Al impío das ayuda y amas a los que aborrecen a Jehová? Pues la ira de la presencia de Jehová será sobre ti por ello.” 2 Crónicas 19:2.

No supo decir: No, como Zorobabel:

“Oyendo los enemigos de Judá y Benjamín que los venidos de la cautividad edificaban el templo de Jehová… dijéronle: Edificaremos con vosotros… Y díjoles Zorobabel…: No nos conviene edificar con vosotros casa a nuestro Dios, sino que nosotros solos la edificaremos a Jehová, Dios de Israel…” Esdras 4:1-3.

8. Debo agregar ahora un hecho crucial: No podemos conservar nuestra posición bíblica si no somos militantes, combativos, respecto de ella.

“Hay que ser positivos” es una demanda del mundo que hace que muchos fundamentalistas permanezcan inactivos y silenciosos, mientras los neoevangélicos se apoderan de las iglesias, seminarios y de toda la obra del Señor que una vez fue fiel. Tratar de mantener una posición fiel y al mismo tiempo ser positivos, en el sentido que exige el humanismo, es adoptar una posición débil, irremediablemente. Es estar a medio camino entre los fundamentalistas y los neoevangélicos.

Una posición no se puede sostener, ni mantener, sin luchar, sin tener una actitud militante y una acción combativa. Esto, que en verdad en el reino temporal, lo es aún más en el reino espiritual. Cada vez que aparece un falso maestro o apóstol, una herejía, una práctica espiritualmente pervertida, como la música cristiana contemporánea, o se reúne donde nosotros estamos el Consejo Latinoamericano de iglesias (CLAI), el Comité Ejecutivo del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), la Confraternidad Evangélica Latinoamericana (CONELA) y cualquier organización apóstata o desobediente a la palabra de Dios, nosotros debemos levantar nuestra voz, denunciar el mal por todos los medios lícitos a nuestro alcance. No estamos llamados a agredir, insultar o introducirnos en sus reuniones para perturbarlas, pero sí a denunciarlas, a informar a los ingenuos que están en peligro de ser atrapados y engañados y, si nos dan la oportunidad de hablar, a exponer con sólidas razones bíblicas el por qué de nuestra posición.

En 1995 el CLAI celebró su asamblea continental en la ciudad de Concepción, Chile. Asistimos a sus sesiones mientras nos permitieron entrar, para informarnos de primera mano de su iniquidad, fuimos numerosas veces a la radio y alertamos a todos los numerosos evangélicos de esa región acerca de la apostasía del CLAI, redactamos un folleto con una síntesis informativa del CLAI para el pueblo evangélico y lo repartimos profusamente, incluso en una reunión masiva que habían convocado y que se realizó en el mayor estadio de la ciudad. El resultado fue que donde esperaban reunir 30.000 evangélicos sólo lograron juntar a unos 2.500 a 3.000.

No hay otra manera de sostener la posición que luchar eficazmente por ella. Si no luchamos, aunque pensemos mantenernos individualmente, seremos arrastrados por la apostasía abierta de los liberales, los errores místicos del carismatismo y la tibieza de los neoevangélicos, simplemente porque en tal caso también estaremos desobedeciendo al Señor que nos manda en su palabra que contendamos.

9. El Espíritu Santo nunca dirigirá a un cristiano a actuar en contra de ninguna palabra suya.

Especialmente los neoevangélicos, cuyo principal exponente ha sido hasta hace poco Billy Graham. y quien continúa siendo su líder más influyente, vienen a nosotros como hermanos. Nos presentan un ministerio muy atrayente para la carne, pero ignoran completamente los:”no lo recibáis en casa”, “salid de en medio de ellos”, “apartaos”, “no toquéis lo inmundo”. Cuando nos dicen que el Espíritu Santo nos lleva ahora en otra dirección, debemos reconocer la mentira, porque ese Espíritu del Señor nunca nos llevará en dirección contraria a la que él mismo nos señala en su palabra.

Digámosla cortésmente: No a sus pretensiones. A veces habrá que decírselos con voz de trueno, pero jamás les digamos Sí. Eso lleva al compromiso primero y a la apostasía después.

10. Es muy solemne el hecho de que Dios será muy severo con nosotros si dejamos el campo de batalla y la simple obediencia a su Palabra.

Esto lo ilustra muy bien la historia del joven profeta desobediente de 1º Reyes 13, donde el viejo profeta que le engaño no cayó bajo el juicio de Dios, pero sí el que desobedeció su explícito mandamiento, después de haber sido gloriosamente usado para testificar de la verdad. No será nada diferente con nosotros, a quienes Dios ha levantado como bandera contra la apostasía.

Es grande nuestro privilegio de ser hijos fieles, pero igualmente grande es nuestra responsabilidad de permanecer inconmovibles en el terreno en que nuestro Dios nos ha puesto.

11. Por último tengamos muy presente que la separación bíblica no requiere en modo alguno que nos apartemos de hermanos con los cuales diferimos en opinión sobre asuntos secundarios; o en asuntos meramente personales; o cuando se toman decisiones que realmente no implican desobediencia ni apartáis de la Escritura, pero que no nos agradan; o cuando diferimos en ciertas normas y prácticas estrictamente denominacionales.

Como fundamentalistas somos y debemos ser combativos, pero no debemos combatirnos entre nosotros. El diablo ha causado mucho daño a nuestra causa fundamentalista dividiéndonos sobre esa clase de asuntos e impidiendo que presentemos un frente unido contra la apostasía y los hermanos desobedientes.

¡Qué las palabras de Isaías 59:19b:

“…vendrá el enemigo como río, mas el espíritu de Jehová levantará bandera contra él”.

Resuenen y se mantengan firmes e inamovibles en nuestros corazones, como una verdadera arenga que nos llama e incita al combate!


NOTA: Este tema fue expuesto en el XIX Congreso de la Alianza Latinoamericana de Iglesias Cristianas (ALADIC), realizado en la Ciudad de Guatemala, Guatemala, del 8 al 13 de Febrero del 2007.



* El doctor Nadir Carreño Maufras es el vicepresidente del Concilio Internacional de Iglesias Cristianas (CIIC) y anterior presidente de la Alianza Latinoamericana de Iglesias Cristianas (ALADIC), instituciones evangélicas fundamentalistas que vienen enfrentando a nivel mundial y latinoamericano, la apostasía y el ecumenismo del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) y del Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI). Pastorea la Iglesia Presbiteriana Fundamentalista Bíblica "Smirna" en Santiago de Chile.

Sitio Web de la Iglesia Presbiteriana Fundamentalista Bíblica "Smirna" (Pr. Nadir Carreño):

www.smirna.cl
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08 julio, 2010

UNA IGLESIA FIEL



Por: Pbro. Raúl Rojas Meneses*

INTRODUCCIÓN

En Hechos 2:1–4, 41–47 se nos presenta la formación de la Iglesia y como ésta se conducía y crecía. De acuerdo al texto leído, se nos indica que desde un comienzo los miembros de la iglesia
“perseveraban en la doctrina de los apóstoles”, y “el Señor añadía cada día los que habían de ser salvos”.

La Iglesia la podemos definir como universal e invisible, que consiste de todo el número completo de escogidos, que han sido, son y serán reunidos en uno, bajo Cristo como su cabeza; y es la esposa, el cuerpo, la plenitud de Aquel que lo llena todo en todo.

La Iglesia tiene una tarea divina, dada por Dios, relacionada con la verdad:

- Debe preservar la Palabra de Dios. Esto es mantener y defender la verdad en contra de todas las fuerzas de la incredulidad y el error (Tito 1:9–11 y Judas 3).

- Debe administrar la verdad. Esto consiste en la predicación de la Palabra de Dios en el mundo, para la conversión de los pecadores (Marcos 16:15; Romanos 10:13-15), y la predicación al pueblo de Dios para la edificación espiritual (2 Timotep 3:16-17; Hebreos 5:11 al 6:3).

En 1ª de Pedro 2:9 se nos presenta a la Iglesia en una relación con Dios y con el mundo: llamada a ser una nación santa, apartada para la adoración de su Señor, y por otro lado llamada a convivir con el mundo,
“para anunciar las virtudes de aquel que nos sacó de las tinieblas a su luz admirable”. Esta misma idea la encontramos en la oración de Jesús en Juan 17: “No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo” (versículos 15 y 16).

Gracias al Señor que la piedra principal de la Iglesia es él mismo, y nosotros piedras vivas que se edifican sobre el fundamento. Por lo tanto él es “quien edifica a su Iglesia”, pues si fuera por nosotros ésta ya habría desaparecido.

La historia de la Iglesia está llena de evidencias de fracaso humano, corrupción mundana, infidelidad, desviación doctrinal, indulgencia y debilidad. No obstante, el Señor es quien sigue construyendo la Iglesia. Hasta en los tiempos más asoladores, siempre “ha quedado un remanente escogido por gracia (Romanos 11:5).

En esta oportunidad quisiera referirme a ciertos peligros o amenazas que son riesgo para el cumplimiento de la misión dada por el Señor. Y finalmente establecer la absoluta relación entre la Iglesia, como organización, y sus miembros.

I) PELIGROS QUE LA IGLESIA DEBE EVITAR:

1. Iglesias que descuidan la adoración.

La Iglesia no siempre se destaca por la profunda realidad de su culto de adoración. Parecería que existe poco sentido de la grandeza y la gloria del todopoderoso Dios. No se refleja una inclinación ante él, sobrecogidos y maravillados por su magnificencia y misericordia. Se nota una lejanía abismante con las palabras del salmista
“Oh Jehová, Señor nuestro, ¡Cuán grande es tu nombre en toda la tierra, que has puesto tu gloria sobre los cielos!” (Salmo 8:1).

En estas iglesias, el culto de adoración muchas veces no es más que ritual sin realidad, forma sin poder, entretenimiento sin temor, irreverentes, religión sin Dios.
“Este pueblo con los labios me honra, mas su corazón lejos está de mí”
(Marcos 7:6).

“Este pueblo de labios me honra; mas su
corazón está lejos de mí” (Mateo 15:8).

Una iglesia que adora al Señor debe tener una lectura y predicación de su Palabra tan fieles, que por medio de ellas se oiga su voz viva, dirigiéndose a su pueblo. La administración de la Cena del Señor debe ser tan reverente y expectante, que la presencia del Señor Jesucristo entre su pueblo y alrededor de la mesa, sea una realidad innegable. Y finalmente el ofrecimiento de la alabanza y oración tan sincero que el pueblo de Dios diga con Jacob:
“Ciertamente Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía” (Génesis 28:16) y los incrédulos presentes caigan de rodillas y adoren a Dios exclamando: “...Verdaderamente Dios está en vosotros” (1ª Corintios 14:25).

2. Iglesias preocupadas sólo por el crecimiento numérico y económico, y no por la salvación de las almas y edificación espiritual del pueblo de Dios.

En la actualidad existen muchas iglesias seducidas por el movimiento de “Iglecrecimiento”. Este movimiento establece las leyes del mercado para dirigir una iglesia, “se le da al consumidor lo que él quiere comprar y no lo que realmente necesita, de acuerdo a la Palabra del Señor”. Las iglesias permiten que los dramas, la música mundana, la recreación, el entretenimiento, los programas de autosuperación, etc, opaquen la adoración tradicional; se ve a la predicación, y en particular a la expositiva, como un vestigio anacrónico, pasado de moda y completamente ineficiente.

Declarar con sencillez la verdad de la Palabra del Señor se considera ofensivo y por completo improductivo. Se aconseja amenizar primero a la gente, dándoles psicología popular y sugerencias para el éxito, y así estos entrarán a las congregaciones y de esta forma serán más receptivos. Una iglesia que sacrifica la predicación de las verdades bíblicas, por mantener a las personas entretenidas y cómodas, solo está atendiendo a su
“comezón de oir” (2 Timoteo 4:3 y 4).

El Iglecrecimiento es un movimiento antibíblico, claramente impulsado por el “Pragmatismo”, el cual establece el valor o significado de algo por las consecuencias prácticas de éste. Es relativista y subjetivista y por lo tanto no lo podemos aceptar.


Actualmente muchas iglesias están envueltas en el
Iglecrecimiento por el afán de crecer numéricamente.

Tozer describió el peligro que el pragmatismo representa para la iglesia:
“La filosofía pragmática… no hace preguntas embarazosas acerca de la sabiduría de lo que estamos haciendo o siquiera de su moralidad. Acepta nuestros fines elegidos como correctos y buenos, y parte en busca de medios y procedimientos eficientes para alcanzarlos. Tan pronto descubre algo que funciona busca un texto para justificarlo, “consagra” el método al Señor y avanza sin reservas. A continuación se escribe un artículo acerca del método en alguna revista, luego un libro y por último se otorga a su inventor un grado honorífico. Después de esto cualquier duda sobre la autoridad bíblica de las cosas o tan siquiera su validez moral es rechazada por completo. No se puede discutir con el éxito. El método funciona, luego tiene que ser bueno”.

Lo más peligroso de este movimiento: es que le da mayor énfasis a las técnicas, estrategias o metodologías que a la doctrina o verdad Bíblica. Y no nos engañemos, pues en estos últimos tiempos se están levantando muchas voces de indulgencia doctrinal. Recordemos que entre doctrina falsa y mundanalidad, existe una relación muy estrecha e incorporar elementos mundanos a la labor santa de la iglesia, más temprano que tarde, traerá consecuencias muy amargas.

Pablo nos dice:
“Porque no me avergüenzo del evangelio: porque es potencia de Dios para salud a todo aquel que cree...” (Romanos 1:16).

¿Cuál es el consejo del Señor, por medio de Pablo a Timoteo, en la dirección de una iglesia?:

* Ser fiel en su predicación de la verdad Bíblica.

* Tener denuedo en la exposición y refutación del error.

* Ser un ejemplo de piedad.

* Ser diligente y trabajar duro en el ministerio.

* Estar dispuesto a sufrir aflicción y persecución en su servicio al Señor.

Una iglesia puede se innovadora y creativa en la presentación del evangelio, pero debemos tener mucho cuidado con armonizar nuestros métodos con la profunda verdad espiritual que estamos tratando de trasmitir. No se puede tratar con trivialidad el mensaje sagrado y recordemos que es el mensaje, y no el medio, el corazón de la predicación.

3. Iglesias poco cuidadosas de la sana doctrina.

Una de las tácticas más sutiles de Satanás es la de apartar a los creyentes de la sana doctrina. Falsas doctrinas en sus diversas formas han plagado a la Iglesia desde sus comienzos (Gálatas 1:6 y 7).

Durante los últimos 200 años, el liberalismo teológico y el escepticismo han socavado a la Iglesia y hecho que muchas personas abandonen doctrinas fundamentales, tales como la deidad de Cristo, la inspiración y autoridad de la Biblia, la salvación por fe, la resurrección histórica de Cristo, etc. Actualmente la Iglesia Evangélica se encuentra debilitada por las influencias del subjetivismo, pragmatismo, psicoterapia y hasta un equivocado sentido de la tolerancia y de ecumenismo que pretende diluir y restar importancia a la doctrina.


Los evangélicos por desconocimiento doctrinal está siendo
seducidos por el Ecumenismo para unirse con los católicos.

Muchas iglesias consideran que la defensa de la fe no es parte de su responsabilidad. En su afán de evangelización descuidan el adoctrinamiento, en las verdades Bíblicas, del pueblo de Dios. Ignoran por completo los repetidos consejos del Señor a causa de mantener la sana doctrina.

“Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros de la común salud, me ha sido necesario escribiros amonestándoos que contendáis eficazmente por la fe que ha sido una vez dada á los santos” Judas 3.

“Oh Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado, evitando las profanas pláticas de vanas cosas, y los argumentos de la falsamente llamada ciencia” 1 Timoteo 6:20.
“Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello; pues haciendo esto, á ti mismo salvarás y á los que te oyeren” 1 Timoteo 4:16.

Estas iglesias poco a poco van quedando sin los fundamentos firmes, que entregan las verdades doctrinales, y lamentablemente son influenciadas por cualquier corriente ideológica naciente.

¡DIOS NOS LIBRE DE CAER EN ESTOS PELIGROS!

II) UNA IGLESIA FIEL, REQUIERE DE CREYENTES FIELES E ÍNTEGROS

1. Una iglesia que adora, requiere cristianos adoradores de Dios.

Jesús dijo:
“Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que adoren”. (Juan 4:23). Cristianos que aprecien a cada momento la grandeza, poder y misericordia del Señor y esto sea expresado en un espíritu de “temor a Dios” (Respeto reverente), en la alabanza, oración y en cada acción.


“Venid, adoremos y postrémonos; arrodillémonos
delante de Jehová nuestro Hacedor” (Salmos 95:6).


Este temor nace de la conciencia de nuestra propia bajeza y limitaciones, contrastada con la santidad e infinidad de Dios. Sin lugar a duda que este contraste es que quiere reflejar el Señor, por medio de Isaías, al pronunciar lo siguiente:
“El cielo es mi solio, y la tierra estrado de mis pies: ¿dónde está la casa que me habréis de edificar, y dónde este lugar de mi reposo? Mi mano hizo todas estas cosas, y así todas estas cosas fueron, dice Jehová: mas á aquél miraré que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla á mi palabra”. (Isaías 66:1 y 2).

¿Cuánto de este temor de Dios se necesita en nuestras iglesias?, y ¿Cuánto de este respeto profundo y reverente necesitamos muchas veces nosotros?

2. Una Iglesia fiel a la sana doctrina, requiere miembros con integridad doctrinal.

Creyentes dispuestos a:

a. Preservar la sana doctrina.

¿Cómo preservar la verdad? (Se debe creer la palabra – memorizarla – meditarla – estudiarla – obedecerla).

b. Proclamar la verdad Bíblica.

La esencia de nuestra predicación es el Señor Jesucristo.

c. Vivir la verdad del Señor.

No existe una dicotomía entre doctrina y vida, ambas están estrechamente relacionadas. (Tito 2:11 y 14).


Los cristianos fieles debemos
escudriñar las Sagradas Escrituras.

La verdad del Señor, debe ser el referente para todas las acciones y actitudes de los hijos del Dios. ¿Cómo defenderemos la omnisciencia y omnipresencia del Señor, si ante las dificultades de este mundo nos sentimos desamparados? ¿Qué valor tiene la soberanía de Dios, si no apreciamos su mano en todas las cosas y como niños confiamos en El?, ¿Tiene valor, en nuestra vida cotidiana, la resurrección histórica de Cristo?

Un verdadero evangélico fundamentalista debe conocer la verdad bíblica y vivir en la verdad. No es posible defender aquello que no se conoce y menos aquello que no se vive. (Santiago 1:22).

3. Una iglesia santa, requiere de cristianos santos.

Una vez que hemos sido perdonados en Cristo, debemos andar en novedad de vida (Romanos 6:4).

En Efesios 4:17-24, Pablo nos invita a dejar la pasada manera de vivir y a vestir al nuevo hombre criado conforme a Dios en justicia y santidad de verdad.

La santidad no es una opción, es el deber de cada hijo del Señor. Es una orden basada en la santidad misma de Santo Dios:
“Sed santos porque yo soy santo”.

4. Una iglesia que cumple su misión, requiere de cristianos que sean la sal de la tierra y la luz del mundo (Mateo 5:13-15).

La sal es figura del cristiano que por su forma de vivir detiene el avance del pecado en el mundo, y la luz refleja claridad, alegría, vida: lo que cada cristiano debe mostrar a un mundo lleno de angustia, desesperación y en una profunda oscuridad.


El cristiano tiene el deber
de ser sal y luz de este mundo.

¡QUIERA EL SEÑOR QUE NUESTRAS IGLESIAS ESTÉN LLENAS DE ESTOS CRISTIANOS!

CONCLUSIÓN

¿Cómo podemos evitar los peligros mencionados? Y ¿Cómo desarrollar, en nuestras iglesias, este tipo de cristianos?

En la segunda carta a Timoteo, Capítulo 4, Pablo nos indica lo siguiente:

“Requiero yo pues delante de Dios, y del Señor Jesucristo, que ha de juzgar a los vivos y los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina; antes, teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído, y se volverán a las fábulas. Pero tú vela en todo, soporta las aflicciones, haz la obra de evangelista, cumple tu ministerio”.

Y finalmente recordemos que Jesús y sólo él, es quien edifica su Iglesia.

¡Que el Señor nos bendiga!


* El Presbítero Raúl Rojas Meneses es Anciano Gobernante de la Iglesia Presbiteriana Nacional Fundamentalista "Smirna" de Santiago, Chile.

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17 junio, 2010

FUNDAMENTALISMO BÍBLICO: UN APEGO ESTRICTO A LAS SAGRADAS ESCRITURAS



Por: Hno. David Cloud*

“El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta” (Juan 7:17).

“Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8: 31-32).

Juan 7:17 dice que yo puedo conocer la verdad si estamos dispuestos a hacer la voluntad de Dios. Juan 8:31-32 dice que podemos conocer la verdad si perseveramos, si permanecemos en la Palabra de Dios.

Deseando ardientemente conocer la verdad y nunca volver al error. Roguemos a Dios que nos ayude a ser obedientes a TODA la Escritura, de modo que podamos ser conducidos a verdades más profundas. "Dios, sé que mi corazón es engañoso; si en algo estoy siendo inconscientemente obstinado, te ruego que me lo muestres y haz como tú quieras”.

Ser fundamentalista bíblico es tomar seriamente la Palabra de Dios. Los siguientes son algunos textos de las Sagradas Escrituras que nos demandan un estricto apego a la Palabra de Dios.


1. LA BIBLIA NOS EXIGE EXACTITUD DOCTRINAL

“Enseñándoles que guarden TODAS LAS COSAS que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén”
(Mateo 28:20).

“Porque no he rehuido anunciaros TODO el consejo de Dios” (Hechos 20:27).

“Para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de TODO VIENTO DE DOCTRINA, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error”
(Efesios 4:14).

“Como te rogué que te quedases en Efeso, cuando fui a Macedonia, para que mandases a algunos QUE NO ENSEÑEN DIFERENTE DOCTRINA” (1ª Timoteo 1:3).

“Te mando delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Jesucristo, que dio testimonio de la buena profesión delante de Poncio Pilato, que guardes el mandamiento SIN MÁCULA NI REPRENSIÓN, hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo” (1ª Timoteo 6:13-14).

“Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste, en la fe y amor que es en Cristo Jesús” (2ª Timoteo 1:13).

“Lo que has oído de mí ante muchos testigos, ESTO encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros” (2ª Timoteo 2:2).

“Retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen” (Tito 1:9).

2. LA BIBLIA NOS EXIGE PONER A PRUEBA TODAS LAS COSAS


“¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido”
(Isaías 8:20).

“Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces” (Mateo 7:15).

“Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así” (Hechos 17:11).

“… para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Romanos 12:2).

“En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie. Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo” (1ª Corintios 2:15-16).

“Comprobando lo que es agradable al Señor” (Efesios 5:10).

“Para que aprobéis lo mejor, a fin de que seáis sinceros e irreprensibles para el día de Cristo” (Filipenses 1:10).

“Examinadlo todo; retened lo bueno” (1ª Tesalonicenses 5:21).

“Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo” (1ª Juan 4:1).

“Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos”
(Apocalipsis 2:2).

3. LA BIBLIA NOS EXIGE CONTENDER POR LA FE

“A los cuales ni por un momento accedimos a someternos, para que la verdad del evangelio permaneciese con vosotros” (Gálatas 2:5).

“Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio”
(Filipenses 1:27).

“Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos” (Judas 3).

4. LA BIBLIA NOS EXIGE EXPONER ABIERTAMENTE EL ERROR

“Por eso estimé rectos todos tus mandamientos sobre todas las cosas. Y aborrecí todo camino de mentira” (Salmos 119:128).

“Mas os ruego, hermanos, QUE OS FIJÉIS en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos” (Romanos 16:17).

“Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque era de condenar” (Gálatas 2:11).

“Manteniendo la fe y buena conciencia, desechando la cual naufragaron en cuanto a la fe algunos, de los cuales son Himeneo y Alejandro, a quienes entregué a Satanás para que aprendan a no blasfemar” (1ª Timoteo 1:19-20).

“Mas evita profanas y vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad. Y su palabra carcomerá como gangrena; de los cuales son Himeneo y Fileto, que se desviaron de la verdad, diciendo que la resurrección ya se efectuó, y trastornan la fe de algunos” (2ª Timoteo 2:16-18).

5. LA BIBLIA NOS EXIGE SEPARACIÓN DEL ERROR Y LA APOSTASÍA

“Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y QUE OS APARTÉIS DE ELLOS” (Romanos 16:17).

“NO OS UNÁIS EN YUGO DESIGUAL CON los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Por lo cual, SALID DE EN MEDIO DE ELLOS, Y APARTAOS, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré, y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso” (2ª Corintios 6:14-18).

“Pero os ordenamos, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que OS APARTÉIS de todo hermano que ande desordenadamente, y no según la enseñanza que recibisteis de nosotros” (2ª Tesalonicenses 3:6).

“Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad, está envanecido, nada sabe, y delira acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas, disputas necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que toman la piedad como fuente de ganancia; APÁRTATE DE LOS TALES” (1ª Timoteo 6:3-5).

“Que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; A ÉSTOS EVITA” (2ª Timoteo 3:5).

“Al hombre que cause divisiones, después de una y otra amonestación DESÉCHALO” (Tito 3:10).

“Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido! Porque el que le dice: ¡Bienvenido! participa en sus malas obras” (2ª Juan 1:10-11).

“Y oí otra voz del cielo, que decía: SALID DE ELLA, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas” (Apocalipsis 18:4).

6. LA BIBLIA NOS DEMANDA ESTRICTA SEPARACIÓN DEL PECADO Y LA MUNDANALIDAD

“Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. NO PODÉIS SERVIR A DIOS Y A LAS RIQUEZAS” (Mateo 6:24).

“NO OS CONFORMÉIS A ESTE SIGLO, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Romanos 12:2).

“NO damos a nadie NINGUNA ocasión de tropiezo, para que nuestro ministerio no sea vituperado” (2ª Corintios 6:3).

“Y NO participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas” (Efesios 5:11).

“Absteneos de toda especie de mal” (1ª Tesalonicenses 5:22).

“Enseñándonos que, RENUNCIANDO A LA IMPIEDAD Y A LOS DESEOS MUNDANOS, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras” (Tito 2:12-14).

“La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y GUARDARSE SIN MANCHA DEL MUNDO” (Santiago 1:27).

“¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que LA AMISTAD DEL MUNDO ES ENEMISTAD CONTRA DIOS? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios” (Santiago 4:4).

“Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, LIMPIAD LAS MANOS; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones” (Santiago 4:8).

“Sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos EN TODA VUESTRA MANERA DE VIVIR” (1ª Pedro 1:15).

“NO AMÉIS AL MUNDO, NI LAS COSAS QUE ESTÁN EN EL MUNDO. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre” (1ª Juan 2:15-17).

“Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno” (1ª Juan 5:19).




* El hermano David Cloud es un escritor y conferencista bautista bíblico fundamentalista de los Estados Unidos de América y es fundador-director del Ministerio "Way of Life Literature".

Sitio Web del Ministerio "Way of Life Literature" (en inglés):

www.wayoflife.org
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15 febrero, 2009

EL MOVIMIENTO EVANGÉLICO FUNDAMENTALISTA



La Palabra del Señor da tres claros mandamientos a la iglesia: evangelizar, edificar y defender la fe. Mateo 28:10; 1ª de Pedro 2:9; Efesios 2:20-22; 1ª de Pedro 2:1-5; Isaías 59:19; Judas 3; Filipenses 1:27; 1ª de Timoteo 1:18-20 y 6:12.

Todas las iglesias evangélicas en general cumplen en alguna medida las dos primeras responsabilidades: evangelizar y edificar. La defensa de la fe es olvidada, ignorada o subestimada, a pesar de que hay más pasajes en la Biblia que se refieren a ella que a la evangelización.

Este incumplimiento del mandato divino de defender la fe es obra de Satanás en la iglesia, porque por no cumplirlo, la apostasía tomó inmensa fuerza en el seno de ella en el siglo XX y continúa en el presente siglo..

LA APOSTASÍA


Nunca antes en la historia de la iglesia se había desarrollado la apostasía con tanta envergadura:

Primero, el racionalismo teológico o modernismo, que en forma gradual ha neutralizado la fe y aniquilado el evangelio en las iglesias evangélicas históricas (Anglicana, Luterana, Metodista, Presbiteriana), negando todas las doctrinas básicas o reinterpretándolas heréticamente.

Segundo, el marxismo ha entrado en estas iglesias que han quedado vacías de Dios. Y aunque esta filosofía ha demostrado ser diabólica y ha fracasado estrepitosamente en el mundo, se sigue insistiendo en ella.

Tercero, el ecumenismo o retorno de la Iglesia Evangélica a la Iglesia Católico-Romana, que es la mayor apostasía presente en el día de hoy.

ORGANIZACIONES “CRISTIANAS” APÓSTATAS (LIBERALES)

El movimiento apóstata está organizado mundialmente en el Consejo Mundial de Iglesias (CMI) desde hace más de cincuenta años y trabaja holgadamente con el dinero de aquellas iglesias evangélicas históricas que lo sostienen; ha incorporado otras iglesias evangélicas (Peregrina, Wesleyana, Bautista, etc.) y ahora pretende apoderarse de las iglesias evangélicas conservadoras (Nazarena, Bautista Bíblica, Alianza Cristiana y Misionera,etc.) y de las iglesias pentecostales (Asambleas de Dios, Iglesia de Cristo, Iglesia de Dios, Iglesia de Dios de la Profecía, etc.).

El Consejo Mundial de Iglesias (CMI) está representado en América Latina por el Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI) y en el Perú está representado por entidades ecuménicas como el Centro Cristiano de Promoción y Servicios (CEPS), la Universidad Bíblica Latinoamericana (UBL), Movimiento Evangélico Ecuménico para la Pastoral de la Salud: VIH/SIDA, etc.

EL PELIGRO DE NO DEFENDER LA FE

Posiblemente Ud. que está leyendo esto piense que esta apostasía no le alcanza y que su iglesia no corre peligro porque es muy evangélica y pentecostal. Pero queremos advertirle que 150 años atrás todas las iglesias evangélicas históricas (Anglicana, Luterana, Metodista, Presbiteriana) eran muy conservadoras, pero a pesar de eso fueron penetradas por el racionalismo en forma gradual y hoy son casi ateas y liberales.

Queremos advertirle también que la herejía está por todas partes: cuando Ud. compra un libro evangélico, posiblemente está adquiriendo un texto con comentarios e ideas racionalistas y liberales (no son todos, pero hay muchos); la Biblia en sus últimas versiones ha sido adulterada; los seminarios e institutos bíblicos tienen maestros que profesan principios racionalistas y liberales y sutilmente los enseñan.

Lo dicho no es una exageración. En los Estados Unidos hay miles de seminarios, pero es difícil encontrar uno totalmente fiel a la Palabra de Dios. En el Perú, tampoco es fácil recomendar uno auténticamente fiel, hasta los seminarios e institutos bíblicos conservadores y pentecostales han sido infiltrados por los liberales.
Los púlpitos, las editoriales y las cátedras evangélicas están muy penetradas por la apostasía en sus diferentes formas.

¿Cómo defendernos o defender nuestras iglesias?

Estudiando la Palabra de Dios; consagrando nuestras vidas al Señor; orando para tener discernimiento espiritual para detectar la apostasía y delatarla donde quiera que se presente. También debemos informarnos del movimiento apóstata para no caer en sus redes. Y es absolutamente necesario compartir y estrechar filas con aquellos hermanos que son fieles al Señor.

ORGANIZACIONES EVANGÉLICAS FUNDAMENTALISTAS

Para hacer frente al Consejo Mundial de Iglesias (CMI), surgió en Amsterdam (Holanda) en agosto de 1948 el CONCILIO INTERNACIONAL DE IGLESIAS CRISTIANAS (CIIC). Hasta la fecha agrupa a 700 denominaciones o iglesias evangélicas distribuidas en cien países, representando a más de treinta millones de creyentes fieles al Señor y celosos de su causa.

En América Latina existe la ALIANZA LATINOAMERICANA DE IGLESIAS CRISTIANAS (ALADIC), que fue fundada en 1951 en el Brasil.

En el Perú tenemos la CONFEDERACIÓN DE IGLESIAS EVANGÉLICAS FUNDAMENTALISTAS (CIEF) que agrupa a las iglesias evangélicas históricas como la Unión Peruana en Iquitos, la Presbiteriana Bíblica Fundamentalista en el Callao y Ayacucho, así como iglesias evangélicas en Lima, Chimbote y Marcona (Ica).

Todas estas organizaciones han estado por años delatando la apostasía, a veces como una voz en el desierto. Sin embargo, esta voz ha sido oída por muchos creyentes fieles al Señor, incluso por algunos que estaban asociados al Consejo Mundial de Iglesias (organización apóstata, como hemos dicho), y se han retirado de este cuerpo como lo manda la Palabra del Señor.

CONFESIÓN DE FE DE LOS EVANGÉLICOS FUNDAMENTALISTAS

- El Dios trino: Padre, Hijo y Espíritu Santo.- La deidad esencial, absoluta y eterna y la humanidad real y propia, pero sin pecado de nuestro Señor Jesucristo.
- Su nacimiento de María, virgen.

Su muerte substitucional y expiatoria, por la cual dio su vida “en rescate por muchos”.

- Su resurrección con el mismo cuerpo con que fue crucificado y la segunda venida de este mismo Jesús, con poder y gran gloria.

- La depravación total del hombre, debido a la caída.

- La salvación como efecto de la regeneración por obra del Espíritu Santo y la Palabra, no por obras, sino por gracia, mediante la fe.

- La bienaventuranza eterna de los salvados y el sufrimiento eterno de los perdidos.

- La unidad espiritual verdadera en Cristo de todos los redimidos por su preciosa sangre.

- La necesidad de mantener, de acuerdo con la Palabra de Dios, la pureza de la iglesia en doctrina y conducta.

Los evangélicos fundamentalistas, entre otras verdades igualmente bíblicas, creemos y sostenemos las siguientes doctrinas:
La inspiración divina, plenaria y verbal de las Escrituras en sus idiomas originales y su consecuente inerrabilidad e infalibilidad y, además por ser la Palabra de Dios, su autoridad suprema para la fe y la conducta.

LA NATURALEZA DE LA LUCHA

La lucha contra la apostasía en la defensa de la fe es esencialmente espiritual. “No con ejército ni con fuerza, mas con mi espíritu”, dice el profeta Zacarías (4:6); “Las armas de nuestra milicia no son carnales”, amonesta 2ª de Corintios 10:3-6 y Efesios 6:11-18 nos habla del poder de su fortaleza.

ASPECTOS DE LA LUCHA

La lucha tiene dos aspectos:

a) PASIVO
, separándonos de toda la apostasía o movimiento que lo represente, aunque se vista como ángel de luz.

b) ACTIVO, pregonando el mensaje verdadero, con el poder del Espíritu Santo; delatando todo mensaje falso y a los que lo predican; orando fervientemente por la obra del Señor y sus obreros fieles; contribuyendo financieramente, para que la lucha tenga medios económicos y mayor alcance; teniendo comunión solamente con los fieles hermanos en la fe de Jesucristo, sin hacer problemas por nuestras diferencias denominacionales secundarias.

Si Ud. es un creyente fiel al Señor, que no ha luchado por la defensa de la fe, le invitamos a unirse a la CONFEDERACIÓN DE IGLESIAS EVANGÉLICAS FUNDAMENTALISTAS DEL PERÚ (CIEF-Perú) o a participar en sus congresos o programas mediante los cuales será edificado espiritualmente y en alguna medida se dará cuenta del alcance de la apostasía y recibirá preparación para combatirla.

Desde ya, le invitamos a participar del XXI Congreso de la Alianza Latinoamericana de Iglesias Cristianas (ALADIC) a realizarse en Brasil en febrero del 2012 y al XXVI Congreso de la Confederación de Iglesias Evangélicas Fundamentalistas del Perú (CIEF-Perú) a realizarse en Ayacucho en febrero del 2013.

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